Admiro a las personas que viven su vida sin que les importe las opiniones. No a aquellos que justifican sus acciones diciendo que así son y así nacieron. Admiro a los que hacen lo que les causa placer, orgullo y los que por medio de sus decisiones muestran su valor intangible a los demás y no a los que dicen como Thalía “!A quien le importa!”. Esto implica disfrutar la vida a la propia manera que desees vivirla sin hacerle daño a nadie. No se trata de imponerse sino de darse a conocer. No me gusta que me critiquen por si me gustan las mujeres flaquitas o gorditas. Si me gustan las películas de mafiosos o películas con muchos efectos especiales. Esas son mis preferencias y nadie tiene el derecho a hacer nada al respecto. Gracias a Dios que no todos somos iguales. No soportaría tener que conformarme con las preferencias de los demás si no me gustaran. Estoy orgulloso de lo que soy, de lo que me gusta y de las decisiones que tomo a diario, porque al fin y al cabo eso es lo que me diferencia del resto. Y me gusta ser único, original y hasta diferente. Y creo que todos también. Yo valgo por lo que soy y por lo que hago porque todo eso es parte del combo.
PS: Para los gustos se hicieron los colores. Esa frase no se me podía quedar.
PS: Para los gustos se hicieron los colores. Esa frase no se me podía quedar.
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