Existen etapas en nuestras vidas en que la visión no nos alcanza a ver lo que está delante de nosotros. Pasamos por túneles oscuros sin ver la famosa luz al final. No hay nada del otro lado es lo que por lo menos pensamos. Pregonamos a los demás que somos dueños de nuestros propios destinos sin embargo el destino es dueño de nosotros mismos. Por qué? La razón radica en que la incertidumbre de lo que sigue después de hoy nos mantiene paralizados y sin poder mover un pie. Muchos de los recién graduados piensan en sus cabezas- “Y ahora qué?”- los que se quedan sin empleo, los que han terminado una relación de pareja recientemente, se hacen la misma pregunta. Necesitamos “Guía”. Algunos desean que se les diga que hacer. Otros desean alguna señal divina que baje de los cielos o que se les revele por sueño. La mayoría de nosotros hemos optado por esperar que pase o que esa luz del túnel empiece a brillar para seguir adelante.
PS: La oración si funciona y la ayuda divina también. Algunas restricciones aplican. Se recomienda “Introspección”…
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